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Una racha para ganar en confianza.

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En manos del español Nicolás Almagro quedaron truncos los sueños de Leonardo Mayer de instalarse por primera vez en octavos de final de un Grand Slam.

Fue en París, en el denominado por los especialistas como “ Mundial sobre polvo de ladrillo ” de Roland Garros, donde el correntino nunca desentona.

Más allá de la derrota, corrida en tres sets ante el murciano, ubicado Nº13 en el ranking de la ATP, la actuación de Leo tiene sus méritos, ya que pasó dos rondas de un certamen en el que participan los mejores del tenis internacional, defendiendo con éxito los 115 puntos logrados el año pasado, cuando tampoco pudo acceder a ingresar entre los 16 mejores exponentes del torneo.

No se trata desde esta columna de festejar una caída, pero sí de destacar los aspectos positivos de un Mayer que hasta hace poco más de un mes, venía teniendo una floja temporada en el circuito, con despedidas tempranas en challengers y masters, además de estar parado casi un mes por una lesión importante de tobillo que arrastraba de Montecarlo.

Fue fundamental para él la designación de representar a la Argentina en el Mundial por equipos disputado en Dusseldorf, donde junto a “ Charly ” Berlock y el “ Flaco ” Chela realizaron un gran certamen, estando a un paso de clasificar a la final.

El correntino ganó los tres singles que disputó ( Estados Unidos, Japón y República Checa ), consolidando su rendimiento con el transcurrir del torneo para llegar bien parado a Roland Garros.

Con su nivel de juego recuperado, Leo dejó atrás en París, al belga Olivier Rochus y luego al alemán Philipp Kohlschreiber, para igualar sus dos últimas performances. Lo otro ya es historia contada.

Lo destacable es que el correntino tuvo una mini racha positiva de 5 partidos ganados en torneos de envergadura, demostrando que puede darle batalla a cualquiera.

Ahora queda apuntalar esa confianza con la que jugó en los últimos diez días para mejorar su ranking en la segunda parte de la temporada, porque se sabe que en el tenis, además de lo técnico, también lo psicológico juega un papel fundamental.