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Cinco años de la nueva Constitución provincial.

Difundir el amor
La Convención Constituyente comenzó su tarea el 12 de marzo de 2007 y la culminó el 10 de junio del mismo año, es decir dentro de los noventa días corridos que le fijó la ley. En el proceso se presentaron 362 proyectos de reforma, los que produjeron 85 despachos generales de las 9 comisiones temáticas y 75 despachos parciales de la Comisión de Redacción.
El próximo 10 de junio se cumplen cinco años de la culminación de la Convención Constituyente que reformó la carta magna provincial. Con no ser una fecha que, a una primera lectura, tenga particular repercusión popular, sin dudas es un hito trascendente de la institucionalidad provincial que merece ser recordada y valorada en los límites precisos que nos señala el carácter de sociedad civilizada que quiere avanzar hacia las nuevas pautas que marca la modernidad.
Viene a cuento aquella campaña electoral de 1983, en el que el candidato a la postre vencedor, nos recitaba una especie de oración laica, diciendo que “ con la Constitución se come, se educa…”, que adquiere su sentido – aun con aparente contradicción – en el contexto milenario de la sentencia bíblica: “ No sólo de pan vive el hombre ”.
En el año 2006 maduraron las condiciones políticas para encarar el proceso de reforma, lo que se tradujo en el dictado de las normas declaratorias de la necesidad, las leyes Nro. 5.692 y 5.765.
La elección de los 39 convencionales constituyentes se produjo el 18 de febrero de 2007, logrando 22 escaños el Frente de Todos (alianza de UCR, Partido Justicialista, Partido Popular, Partido Autonomista y sectores del Partido Nuevo y Partido Liberal), 9 el Frente Social (Frente para la Victoria, Patria Libre y Barrios de Pie), 4 Alternativa Republicana (Partido Liberal y Compromiso Republicano) y uno cada uno los Partidos Demócrata Cristiano, Comunista, Nuevo y el Frente de Integración Nacional.
La Convención Constituyente comenzó su tarea el 12 de marzo de 2007 y la culminó el 10 de junio del mismo año, es decir dentro de los noventa días corridos que le fijó la ley.
En el proceso se presentaron 362 proyectos de reforma, los que produjeron 85 despachos generales de las 9 comisiones temáticas y 75 despachos parciales de la Comisión de Redacción. Amén del trabajo en cada una de las comisiones, en el recinto se debatió durante más de 120 horas, lo que produjo 34 reformas, que se tradujeron en 153 artículos, entre los que fueron redactados nuevos, modificados, derogados, sustituidos y las disposiciones transitorias. Todo ello dio como resultado que hoy nuestra Constitución Provincial cuenta con 239 artículos y 27 cláusulas transitorias. Aun cuando los números nada indiquen cualitativamente sobre el trabajo de la convención, lo cierto es que la tarea reformista fue intensa, con alta participación de distintos sectores sociales e institucionales y ampliamente debatida.
Importantes normas en el ámbito de la función pública (como el principio del equilibrio fiscal, condiciones para la toma de empréstitos, exigencias en la publicidad de los actos de gobierno, ética pública), incorporación de un título de nuevos derechos que comprenden los de última generación, modificaciones en la organización de los tres poderes del Estado, creación de instituciones que tienen que ver con la defensa del interés público, del ciudadano y con la transparencia en la designación y remoción de los jueces, y un régimen municipal de mayor autonomía, entre otras, fueron las reformas introducidas.
Una de las claves del proceso reformista fue, a mi juicio, la composición plural de la convención, que abarcaba en su seno visiones diversas acerca de la problemática sometida a la consideración de los convencionales, de manera tal que el resultado tiene la riqueza conceptual de un espectro ideológico variopinto. Ello valorizó el debate, sin impedir los consensos acerca de las cuestiones más trascendentes.
No debíamos hacer un excelso producto intelectual sin sustento en nuestra realidad, sino una Constitución que le sirva a Corrientes, y creo que ello fue logrado. Se construyó – valga el significado del verbo – un texto original, sin que ello signifique de modo alguno no haber tenido en cuenta los precedentes, mucho de los cuales sirvieron de base a los textos. Tuvo el sentido que Alberdi ya proclamaba en sus “Bases” al decir que la originalidad constitucional “debe ser una expresión de una combinación especial de hechos, de hombres y de cosas en el país (…), no es novedad ni extravagancia, sino la idoneidad para el caso especial en que debe tener aplicación”.
A partir de su vigencia, y ya han pasado cinco años, su aplicación, los comentarios, la jurisprudencia, la irán modelando definitivamente como producto idóneo para nuestra comunidad, porque “la ley es un dios mudo: habla siempre por la boca del magistrado, quien la hace ser sabia o inicua”.
La Legislatura provincial ha dictado ya la mayoría de las leyes reglamentarias y varias instituciones han sido puestas en marcha. Sin embargo, además de contener en su esencia los aciertos y errores propios de la condición humana, es un buen instrumento de convivencia y de limitación del poder y  sus verdaderos resultados se verán en el tiempo.
“ Las constituciones son decretos de los congresos y los congresos de hombres no tienen la facultad de aquél que dijo ‘ hágase la luz ’ y la luz fue; a la vez que no pueden esperarse resultados de decretos que dijesen ‘desde la sanción de esta ley quedan abolidos el desierto, el atraso del pueblo y la pobreza de su país’ ” ( Alberdi ).
En suma, nuestra Constitución será lo que nosotros hagamos de ella.