Fecha histórica: 10 de junio de 1829.
En esta columna queremos recordar la fecha de aquel 10 de junio de 1829, cuando el gobierno de Buenos Aires designó al primer comandante político – militar en las islas Malvinas.
Asimismo, hay aspectos importantes que hacen a los derechos argentinos sobre las islas y la arbitraria e injusta posición que aún mantiene el Reino Unido.
Convención.
En 1790 se firmó la Convención de Nootka Sound, por la cual Gran Bretaña renunció a realizar futuros establecimientos “ en las costas del este y del oeste de Sudamérica y de sus islas adyacentes; y la Marina Real informó con ‘indiferencia’ sobre la actividad española posterior en las islas ”.
El Estado argentino.
Buenos Aires heredó y tomó posesión legal de las islas Malvinas en 1820.
Hay que puntualizar que el presidente norteamericano Monroe el 8 de mayo de 1822 e Inglaterra, con el Tratado firmado el 2 de febrero de 1825, reconocieron la soberanía de las Provincias Unidas del Río de la Plata como Estado independiente, sin hacer reserva alguna respecto de los límites y extensión que le correspondía al Virreinato del Río de la Plata al tiempo de segregarse de España.
No es este el contexto para analizar la doctrina Monroe sintetizada en estos principios de “ no colonización futura en territorio de América por potencias extracontinentales; no intervención de potencias extracontinentales en América y el desinterés de Estados Unidos en cuestiones fuera del continente americano ( 2 de diciembre de 1823, presidente James Monroe ante el Congreso de su país ). Pero en aquel ámbito histórico frenó las apetencias inglesas y de otras naciones europeas sobre territorio americano en base al proclamado principio de “no intervención ”.
Designación de Luis Vernet.
El decreto del 10 de junio de 1829 se publicó en el Registro Oficial y expresaba: “ Cuando por la gloriosa revolución del 25 de mayo de 1810, se separaron estas provincias de la dominación de la metrópoli, España tenía una posesión material de las islas Malvinas y de todas las demás que rodean el cabo de Hornos, incluso la que se conoce bajo la denominación de Tierra del Fuego, hallándose justificada aquella posesión por el derecho del primer ocupante, por el consentimiento de las principales potencias marítimas de Europa y por la adyacencia de estas islas al continente que formaba el Virreinato de Buenos Aires, de cuyo gobierno dependían.
Por esta razón, habiendo encontrado el gobierno de la República en la sucesión de todos los derechos que tenía sobre estas provincias, la antigua metrópoli, y de que gozaban sus virreyes, ha seguido ejerciendo actos de dominio en dichas islas, sus puertos y costas, a pesar de que las circunstancias no han permitido hasta ahora dar a aquella parte del territorio de la República la atención y cuidado que su importancia exige. (…) El gobierno ha acordado y decreta: Art. 1º: Las islas Malvinas y las adyacentes al cabo de Hornos, en el mar Atlántico, serán regidas por un comandante político y militar (…). Art. 2º: La residencia del comandante político – militar será en la isla de la Soledad y en ella establecerá una batería bajo el pabellón de la República. Art. 3º: El comandante político y militar hará observar por la población de dichas islas las leyes de la República y cuidará en sus costas de la ejecución de los reglamentos sobre pesca de anfibios”. El decreto estaba firmado por Rodríguez y Salvador María del Carril.
El comandante político y militar designado fue Luis Vernet.
Advertencia.
Una vez instalado en las islas, Vernet comunicó a la población que “previene a todas las personas sobre la prohibición de cazar o matar ganado en la Malvina Oriental, porque ese ganado es de propiedad privada y por más inocente que pueda aparecer una acción así, de parte de aquellos que no conozcan esa circunstancia ese mismo acto se convierte en criminal de parte de aquellos que intencionadamente persistan en tales actos, haciéndolos susceptibles de los rigores de la ley, que se aplicará para esos casos ( Fdo. Luis Vernet )”.
Posición británica.
Gran Bretaña no obedeció ninguna de las resoluciones de Naciones Unidas y no cumplió con tratados internacionales sobre desnuclearización, como es el Tratado de Tlatelolco, siendo el primer país europeo en adherirse a él. Hoy ha militarizado Malvinas y tiene una base de la Organización Tratado del Atlántico Norte ( Otan ) en la región de las islas. El Reino Unido mantiene con firmeza y manifiesta arbitrariedad la negativa de discutir el tema soberanía sobre Malvinas.
Malvinas, por siempre.
Nuestro reconocimiento, desde el sentimiento patriótico, para aquellos que lucharon en el teatro de operaciones del Atlántico Sur, recuperando transitoriamente a la soberanía nacional las islas Malvinas. Y nuestro especial homenaje a quienes quedaron en aquel territorio y otros que se fueron de este mundo como consecuencia de su protagonismo en esa guerra. Y otros tantos que viven y sufren los efectos psicológicos y físicos de la confrontación bélica de 1982.
Es válida la reflexión de cada argentino en este día de recordación y que cada uno conozca los fundamentos argentinos para defender, por medios pacíficos del derecho internacional, la integración de nuestro territorio. Insistir en las negociaciones directas y diplomáticas es una salida, acaso la única. Ni el arbitraje o la mediación pueden garantizar los derechos de justicia de la Argentina. Un mundo donde prevalece el sistema ” realista ” y la voluntad y decisión de las potencias del primer mundo representan una alianza, es difícil, sino imposible, que se inclinen por la soberanía y el mejor derecho que reclama nuestro país.
Aventurar opiniones ligeras carece de sentido.
Malvinas, ¡por siempre!